Hoy falleció un compañero de la preparatoria de mi hermano, tenía como tres años luchando contra la leucemia hasta que su cuerpo no pudo mas, tan solo tenía 19 años. Nunca me conmueve la muerte de personas con quien no tuve trato, pero en este caso sí. Una vez lo escuche contarle a mi hermano su travesía a lo largo de las quimioterapias con una entereza sorprendente. No parecía estar enfermo, se le veía tranquilo y alegre. Vivía en una comunidad cerca de donde yo vivo, y su familia siempre estaba luchando para conseguir dinero para pagar sus tratamientos. También recuerdo a su mamá hablando de que su recuperación avanzaba, de que tenía muchas esperanzas de sanar. Pero ese día nunca llego. Y a que viene todo esto?? Yo muchas veces he dicho que si la vida pudiese donarse yo no dudaría en darla a alguien así, alguien que tenga ganas de vivir, alguien con el entusiasmo de ese chavo ( que ni siquiera se su nombre) en verdad se la daría, porque yo que tengo salud y seudo bienestar no sé valorar la vida y tengo obsesión con la muerte, porque mi esencia pragmatista me dice que yo no soy útil para nada en este mundo, comparados con el universo somos tan insignificante, y hay que ceder el lugar para quien realmente sea benéfico ya que en estos tiempos hacen mucha falta esas personas.
No sé si sea mi ciclo, pero cuando supe que murió sentí mucha tristeza, tal vez porque nunca eleve una plegaria por él a mi dios pagano, porque nunca le regalé una sonrisa o un saludo. Porque mi hermano nunca lo visitó, porque tal vez el merecía ser feliz y estar aquí respirando este aire que a mí no me sirve de nada. Un saltimbanqui huesudo se lo ha llevado, espero que sea feliz dondequiera que esté, y que se encuentre muy lejos de este mundo, de este infierno de otro planeta, y que lleve consigo una caja de cristal con los buenos momentos que aquí pasó…
Adiós Abraham, que Caronte guie tu espíritu hasta el edén de tus sueños…
(Ya pregunte su nombre)
No sé si sea mi ciclo, pero cuando supe que murió sentí mucha tristeza, tal vez porque nunca eleve una plegaria por él a mi dios pagano, porque nunca le regalé una sonrisa o un saludo. Porque mi hermano nunca lo visitó, porque tal vez el merecía ser feliz y estar aquí respirando este aire que a mí no me sirve de nada. Un saltimbanqui huesudo se lo ha llevado, espero que sea feliz dondequiera que esté, y que se encuentre muy lejos de este mundo, de este infierno de otro planeta, y que lleve consigo una caja de cristal con los buenos momentos que aquí pasó…
Adiós Abraham, que Caronte guie tu espíritu hasta el edén de tus sueños…
(Ya pregunte su nombre)
4 comentarios :
Hola Atena, gracias por pasarte por mi blog. Siento tu perdida, hace muchos años perdí a un amigo, y hoy por hoy me acuerdo mucho de él, porque está en mi corazón, le recuerdo siempre sonriendo.
Que el barquero ciego lo lleve a un sitio en el que pueda ser feliz por siempre.
Un relato para que tu amigo perviva en los corazones de todos.
Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.
A Abraham le llegó su momento y seguro que él lo supo afrontar con entereza y valentía, la misma de la que hizo gala cuando aún le quedaban aliento y sueños por cumplir. No te sientas inútil, seguro que también tienes metas que alcanzar. Harás realidad todo lo que te propongas, estoy segura. Saludos desde Petardylandia.
Gracias por sus lindos comentarios... reciban besos y abrazos.
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